09/04/2012
Hasta la despedida, siempre
¡HASTA LA DESPEDIDA, SIEMPRE!
REVOLUCIÓN
Hay palabras que suenan con genio,
palabras que nunca claudican,
que adelantan hasta los sueños,
que interrumpen perpetuas orgías,
que se hunden en la arcilla
y renacen cuando ya es hora.
Hay palabras como maremotos populares,
que espantan a desalmados mercaderes,
que asustan a intelectuales de zarzuela,
que amedrentan a los Judas,
que marean cestas de ganancias,
que huelen a Bolsa quemada,
tabletean torrenciales renaceres,
despiertan mundos anhelados,
enjambran desde Caracas hasta Pau.
Hay palabras de mal talante
cuando sangran los despojados,
cuando uno se lleva la mejor tajada
y los muchos se quedan deszumados.
Palabras que trastocan el caos,
que nunca me desquisieron,
que siempre despuntan, soberbias,
y me ayudaron a no renunciarme,
a sentirme palestino, cubano, boliviano...
Hay palabras harto traicionadas,
palabras pendientes y saludables,
palabras como eternos manantiales,
palabras como tiranicidios,
voluntariosas y coreadas a miles,
palabras que dan grandes zancadas sin zozobrar
y poetizan gestas imborrables.
Hay palabras que merecen una vida,
con las cuales no se pueden fingir,
palabras que me afianzaron en Managua y San Salvador,
con las cuales fusioné en Santiago de Chile.
Hay palabras como brújulas certeras:
"Revolución, revolución, revolución".
Así arde en mí, inmarcesible,
indómita, infinita, guevariana,
volcánica, asequible, y tierna,
la palabra "revolución".
Jean Ortiz, 9 de abril de 2012
Poema de despedida de la Universidad
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