25/04/2014
Cirage de pompes au poète Serge Pey
Le poète Serge Pey, chantre de l'anti-poésie poétique,
vient de publier "L'Agenda Rouge de la Résistance chilienne"
des bouts de papier jaunis des années 1970, autour du combat du MIR et de Miguel Enriquez
Il m'en a envoyé un exemplaire GRATUITEMENT
pour le remercier de sa générosité, je lui cire ci-dessous les pompes gratuitement
Va para ti, Serge
El oficio poético es peligroso;
uno puede morirse en el intento
o en la actuación, poietizando
actuar : ser a la vez "yo" y otro
recibí hoy, día de "Fidèle"-
un ladrillo poético-postal más que fiel
que no cupo-(de caber)- en mi buzón
muestra suprema de fidelidad
un ladrillo de coloridos fieles
como los que no tiré en el 68
porque yo no era "un pequeño burgués
"provocador e irresponsable"
yo era marxista-leninista hijo de proletario
y no jugábamos a la revolución, nosotros
la hacíamos, a ciegas, pero ¡la hacíamos!
me metí a mediodía en esa "agenda"
abriéndola al azar
al asarme, al azahar, a las armas, al alzarme
como uno plasma un sueño en La Higuera
en el sucio Mapocho, en lagunas de Xochimilco
"Agenda Roja"; auténticas bombas caseras
fuegos artificiales que libertan
un caos verbal coherentemente redentor
un tableteo de M16 semántico
unas ráfagas fálicas de FAL
porque nunca falló el fallecido
"Agenda Roja" para quemar mausoleos
para colmar efímeros ataúdes verbales
en una Plaza Roja y Negra
Negra la Mercedes gritando "Cantarééééé"
Negra la santa Carmen desantificada
para trenzarle coronas de sangre rebelde
Miguel, imprescindiblemente Miguel
Miguel sin miedo y rezumando ternura
Yo sí que tuve miedo en aquellos anos 70
calle Ahumada, en la Victoria, en la Vicaría
en el Sello Alerce, en el cerro Santa Lucía,
en el aeropuerto, en Alameda, en aquel parque
con el "loco" Cuevas, con curas poco católicos
pero sobradamente cristianos y muy moros
5 octubre de 1974, de amanecer maldito
Maldita maldición de la Malinche pobre,
orita mismo vuelves Miguel
con sabor a pisco y frutilla
Sergio te edificó un templo palabrero
por ser tú más poeta que todos nosotros
Jean Ortiz
19:47 | Lien permanent | Commentaires (0)
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