04/03/2012
Libertad con "nubosidad variable"
Libertad con "nubosidad variable"
El presidente hereditario ecuatoriano Rafael Correa , autor contra sí-mismo hace unos meses de un autogolpe de Estado, compinche del dictador Chávez, acaba de cerrar el último periódico libre y alternativo en su República bananera.
Correa, tras tomar el poder por la fuerza, apretó el cinturón a su pueblo y amordazó todos los medios de izquierda, que eran mayoría y constituían un verdadero latifundio informativo.
Cien escritores de prestigio, algunos incluso de izquierda, y amigos míos, acaban de firmar un llamamiento a favor de la libertad de expresión y en defensa del diario exótico "Público". Comparto el valor de esos combatientes de la pluralidad. Creado hace cuatro años y en progresión permanente, "Público" superaba los 80 000 ejemplares. Republicano, alternativo, indignado, progre, solidario, abierto al pensamiento critico, "Público" acaba de desaparecer, víctima del totalitarismo del presidente Correa y del mercado.
Los amigos escritores están preparando otros manifiestos para defender la libertad de expresión en Francia (90% de los medios en mano de empresas multinacionales), en Rusia, en Arabia Saudí, en Colombia, en México, en Venezuela donde Chávez controla y posee el 95% del panel mediático, en los países del Este recién liberados del totalitarismo ... Pueden contar con mi firma solidaria, en empatía con esos herederos del espíritu internacionalista de los Brigadistas Internacionales.
Cuando cierra un periódico de propaganda como "Publico", se liberan miles de cerebros enajenados y triunfa la imprescindible libertad del mercado.
Tenía razón Cervantes: la libertad, el honor y las ganancias no hacen buenas migas. Defendamos la libertad de los cancerberos del pensamiento liberal.
Para concluir de manera más seria: hay periódicos que llevan en sí el decoro del mundo. Ese era "Público". Tenía el más alto mérito: desagradarles a los poderosos. Dónde estaban entonces los paladines de la libertad de prensa? Por qué tener criterios distintos según si el país es una ilegítima monarquía "democrática" que se carga a jueces indomables, o una flamante "revolución ciudadana", en construcción con sus inevitables tanteos, y enfrentada a una oligarquía que se aferra violentamente a sus privilegios?
Jean Ortiz, profesor en la Universidad de Pau, Francia.
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