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24/05/2012

Palabras para Francis

 

Palabras para Francis

 
 

 

Ayer, domingo 5 de febrero del 2012,

 se suicidó Maurice,

 el compañero de utopías marmandianas.

 Murió aquel militante exquisito,

 dulce cual chirimoya habanera.

 
 

 Ganaron las sombras y el hielo.

 La muerte no vale nada.

 "Un absurdo posible", diría Benedetti;

 un orgasmo invertido.

 
 

 Los guerrilleros la enfrentan de verdad,

 con esa alegría de faena grande,

 la torean alegorizando,

 de pie en inmortal querencia.

 
 

 El lenguaje, como el guerrillero,

 no se raja, no se rinde.

 Es un explorador de mundos inauditos;

 cambia la muerte en fuente revoltosa,

 abre camino de angustia costera,

 de bellezas sin peinetas,

 de estrellas preñadas de Morente.

 
 

 El lenguaje, paladeado en duermevela,

 en el andén de estaciones nocturnas,

 en los bares perdidos de barrios azulejeados,

 en las camas cansadas de tanto arrimarse,

 en sábanas roídas de tanto tirarse a porta gayola...

 

 Cuántas veces me hiciste aficionarme

 a valores que no se cotizan,

 a guerrilleros cimarrones,

 a rojizas palabras revolucionarias,

 a horas sin fonemas,

 escuchando frases vagamundas,

 soñando un futuro de sonidos ilimitados.

 
 

 Cuántas veces me ayudaron a no deshacerme,

 guerrilleros y palabras tableteadas,

 cuántas razones fulminantes

 para vivir guerrilleando,

 contrabajo rociero,

 en búsqueda del guerrillero redentor,

 esa "conciencia acribillada",

 ese Che multiplicado en cada palabra,

 en cada natural, en cada manoletina tomasista milimetrada,

 en cada bulería de Camarón,

 desgarradamente negra y marmandiana.

 

 

 Jean Ortiz,

a 6 de febrero del 2012, tras una noche dolorida.

 

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